Con una PEA (Población Económicamente Activa) estimada en 16,5 millones de personas, solamente un 25% del total se encuentra al día de hoy cotizando en un sistema de pensiones con la esperanza de acumular un Fondo de ahorros o el tiempo suficiente de acreditación para jubilarse a los 65 años de edad.

Un 30% adicional (cerca de 5,5 millones de trabajadores) si bien han sido afiliados o inscritos en una AFP o en la ONP, no aportan o dejaron de hacerlo, encontrándose en un "silencio previsional" de alto riesgo, que aumenta su inestabilidad e incertidumbre porque no existen programas educativos que expliquen la importancia de la continuidad de los aportes, quedando expuesto el trabajador a perder beneficios en casos de invalidez, y peor aún su familia desamparada si llegara a fallecer, por no estar activada la cuenta que le podría permitir el acceso a pensiones de viudez, orfandad, estudios o ascendencia a sus familiares directos.

Es decir, a los 6,5 millones de peruanos que trabajan y no se encuentran afiliados a ningún sistema de pensiones se le suman 5,5 millones más que estando inscritos a una AFP o la ONP, tienen aportes efectuados, pero no los suficientes para algún día, aspirar a una pensión de jubilación o protegerse contra los riesgos de invalidez o desamparo a sus familias.

Las reformas que el Gobierno generó con ausencia de debate y participación de los principales afectados en este drama, los afiliados a la ONP y las AFP, ha producido un descrédito que pone en riesgo la continuidad de los sistemas previsionales en la forma que fueron creados y en la que actualmente se regulan. Adicionalmente, el crecimiento de la informalidad hace que el ahorro previsional sea visto como un dispendio y no como una oportunidad segura de protección vigente y pago futuro de jubilación.

Por otro lado, el fracaso del sistema nacional de pensiones, llamado hoy en día Pensión 65, es una bomba de tiempo insostenible en el corto, mediano y largo plazo, de continuar su exagerada expansión sin focalización, auditoria y control constante. Y es también Pensión 65, otro ejemplo que ahorrar 10, 15 o más años no te permite acceder a una pensión en la ONP, por eso "es mejor" dejar de pagarle a la ONP porque Pensión 65 te da algo que el Estado te niega siendo formal.

El Gobierno y los actores que administran estos procesos previsionales, no toman en cuenta que no se ha ampliado la cobertura, sino que se ha hecho un acto de engaño al afiliar por afiliar, sin prever la base de toda reforma: educar y explicar antes de firmar un Contrato de pertenencia al sistema de pensiones de libre elección de cada trabajador.

Cobertura es: educar y explicar para afiliar, educar y explicar para cotizar con frecuencia, informar para garantizar que el trabajador sabe cuáles son sus derechos y los beneficios que a él y a sus dependientes les alcanzan.

12 millones de peruanos y peruanas no van a tener una pensión de jubilación y más de 10 millones adicionales no tendrían acceso a beneficios de viudez, orfandad, estudios, gastos de sepelio, por el grave error de no informar a los trabajadores la importancia del ahorro para las pensiones, y la importancia de mantener una cuenta de ahorros o cotizaciones que brinde respaldo a las contingencias de la vida el trabajador (invalidez o muerte).

Las nuevas generaciones, que cada vez son estadísticamente más pequeñas deberán afrontar con el pago de sus impuestos la enorme carga social de poblaciones envejecidas que alargan su agonía en la longevidad y eso, llevará inexorablemente a una lucha de generaciones incontrolable.

Para que 12 millones de peruanos tengan pensiones, acceso a salud, protección social y amparo en lo básico, aún estamos a tiempo de recomponer los sistema de pensiones en el Perú.