Es increíble escuchar o leer como nacen y mueren analistas de cosas que no saben, como en la política, el fútbol, la economía y nuestros bolsillos, que cada vez más tienen roturas que dejan escapar las pocas monedas que nos quedan.

Hagamos una pequeña distinción para ponernos en contexto -como dicen los candidatos entrevistados cuando se equivocan-

El sistema privado de pensiones es una buena vía para el ahorro individual. Si éstos ahorros los administra, invierte y gestiona correctamente -esa es la palabra mágica- una empresa llamada AFP, entonces se tratará de un sistema exitoso, una empresa exitosa y clientes evidentemente exitosos.

Para muchos esa secuencia no está funcionando y entienden, perciben, se dan cuenta o interpretan que el sistema no es bueno, que las empresas se aprovechan y que los clientes terminamos fregados. Para muchos, esa es la verdad.

Esa realidad que -para muchos es la única que ven- tiene responsables que siguen viviendo del statu quo y mientras ganan inmensos resultados económicos a su favor, no les interesa si los afiliados en su desesperación, caen en las garras de manipuladores de la opinión pública y comentan en las redes sociales, en sus trabajos, con la familia, todo este enredo que no explican ni traducen los que debieran hacerlo, las AFP.

Ven a la distancia que la hoguera avanza y ni siquiera se preocupan, porque piensan que las llamas no los van a alcanzar. Juegan con un poder tonto, poder temporal que se puede revertir y condenar a los que han abandonado mucho tiempo.

No todas las AFP son iguales, es cierto. Alguna que otra tiene acciones de información, interés en dar la cara, formas de comunicarse y mantener enlaces con sus clientes. Otras, se despachan a su gusto en un silencio que se balancea con lo que parece ser la comodidad del acuerdo, del lobby que sigue dando resultados a ellos.

Hay una historia por investigarse y nace con la Ley de reforma del sistema privado de pensiones, una especie de Dorado que nadie había encontrado pero estaba allí, listo para que las garras de ambiciones las tomaran a su gusto y placer, gracias al manejo de información, dinero y contactos con el poder que pronto, acabará.

Una Ley contra los clientes, contra los afiliados, contra las propias AFP porque permite crear y garantizar desde el Estado un monopolio privado, algo irreal hecho verdad legal. Es como decidir el cementerio privado para los que nos vamos a morir, es como decirle a los Católicos que durante dos años tienen que bautizarse y contribuir cada mes con una religión ajena a su decisión y su Libertad.

Y todo ese paquete, lo refrendó y justificó el Tribunal Constitucional diciendo algo así como que se suspende la Libertad por dos años, pero no te la quitan, ya que luego puedes hacer uso de tu Derecho a elegir, a contratar libremente. Un absurdo que también necesita investigarse, como diría el sabio humorista en su personaje discutido, algún día, algún día.

Hoy en día, parece que las cosas se han comenzado a poner moradas o naranjas, tal vez hasta rojas o medio rosadas, pero que habrá un dinamitazo, lo habrá.

Defender el sistema privado de pensiones no valdría la pena si las AFP no cambian. 

Salvo un grupo que ha propuesto que se pueda destinar hasta el 25 por ciento del Fondo de un afiliado para comprar una vivienda, el retirar hasta el 100 por ciento en caso de enfermedad terminal, ampliar el abanico de ofertas financieras al cumplir la edad de jubilación a fin de recibir más propuestas de pago de planes de pensiones, ningún otro grupo se esfuerza en generar productos, ofertas, liderazgo empresarial que una a clientes con las empresas y con el sentido del ahorro previsional, en la secuencia lógica del compartir los beneficios que se producen.

La tiranía del statu quo -mencionando el título de un gran libro- parece que se ha trasladado a las mentes de algunos funcionarios de las AFP que no ven la realidad, que no bajan de sus autos para caminar como lo hace la gente que les paga por un trabajo que no sienten sea rentable.

Y justamente de rentabilidad es el cuadro que la SBS publicó a enero del 2016.

Si las AFP no dan un giro radical en comunicación, generación de redes que expliquen bien las cosas, menos soberbia y fanatismo por el capital que no es de ellos sino de seis millones de trabajadores y desempleados, el destino del sistema privado de pensiones sería finalmente sepultado.

Los que no queremos ese triste final, seguiremos empeñados en tratar de hacer popular lo que es bueno para el Perú y los peruanos, un buen sistema privado de pensiones, lejos de la miseria, lejos del abuso del Estado y la incompetencia de algunos que hacen su mes Dorado todos los meses.

Discutamos, conversemos, hablemos en voz alta, critiquémonos, pero no perdamos de vista nuestro dinero, nuestros ahorros, propiedad privada, sentido de pertenencia, Libertad.

ricardo.escudero.re@gmail.com