Era cuestión de tiempo, de días nada más. Luego de la tragedia que enlutó al país con un incendio que aún se investiga, otros sucesos de diferente magnitud revelan que los miembros del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú siguen abandonados por un Estado y por un gobierno que se pierde en promesas y ausencia de voluntad.

Pero pensemos que no es así, demos el beneficio de la duda por ahora, a los que pudiendo hacer algo, parece que no han hecho nada hasta hoy.

Ninguna Ley impide que se compren de inmediato uniformes, implementos y equipos de la mayor calidad, seguridad y tecnología vigente. 

Y si se dijera que debe seguirse un procedimiento engorroso para logar este fin, existen facultades legislativas delegadas al gobierno. Y si encima algunos leguleyos o renegones de la urgencia explicasen que se tiene que seguir todo un proceso larguísimo de cotizaciones, licitaciones y comisiones –evidente el obstáculo por el billete bajo la mesa- entonces el señor Presidente de la República, la señora Presidente del Congreso y todo el país aprobaríamos la norma necesaria sin discusiones ni temores, sin marchas ni contramarchas.

Los sucesos de Cantagallo, en el almacén del Ministerio de Salud, en el centro comercial Larco Mar y en muchas zonas del país –incendios forestales naturales y otros provocados por error humano en el concepto de la agricultura ancestral- han rebasado toda capacidad de sacrificio y entrega en nuestros Bomberos. Y el Estado, en silencio. Y el Gobierno, ausente.

No se trata de leyes o discusiones, sino de acciones y decisiones.

Prioridades, orden en la agenda, resolución sin miedo. Los Bomberos necesitan de todo y no debemos esperar nuevas víctimas, más tragedias, hogares enlutados y sufrientes.

Adquirir de inmediato camiones abastecedores de agua, unidades contra incendios para ciudad y rurales, uniformes para cada emergencia o multipropósito, vehículos de desplazamiento rápido, sistemas de comunicación inteligente y equipos de radio versátiles –si esos a pilas de ser necesario, para zonas donde es complicado el uso de tecnología satelital o celulares- herramientas para el trabajo de rescate y demolición rápida….todo eso puede costar 100 millones de dólares, tal vez más, no lo sé, pero se necesita con urgencia y ni una sola vida más debe perderse, ni de los Bomberos, ni de ningún peruano.

Tan rápido se olvidaron de los Bomberos y ya se acerca la Navidad con las Fiestas de fin de año, donde el uso de fuegos artificiales y la venta de productos pirotécnicos se hace hasta con licencia municipal. 

Un país donde el riesgo o el accidente se permiten, donde la vida es cosa pasajera, tiene que cambiar rápido, ahora mismo.

No se olviden de los Bomberos, no hieran más la vida de los que dan sus vidas.